Por lo general, los agujeros negros que hemos detectado son agujeros negros de masa estelar o agujeros negros supermasivos. Los agujeros negros de masa estelar tienen una masa cercana a la de nuestro Sol (1030 kg) y el tamaño de una ciudad.
En nuevos resultados que publicamos hoy, 14 de noviembre, en Nature Astronomy, hemos descubierto que existe una conexión entre la región cercana al agujero negro y la galaxia anfitriona, ya que los chorros emitidos por el agujero negro están alineados con el resto de la galaxia, a pesar de las escalas tan diferentes.
AsÃ, gracias a este enfoque de alta resolución, el VLBI permite a los astrónomos estudiar estos chorros hasta a unas pocas años luz o menos de su origen: el agujero negro. La dirección del chorro a escalas tan pequeñas nos informa sobre la orientación del disco de acreción y, por lo tanto, potencialmente sobre las propiedades del propio agujero negro. Y esta es la única forma de obtener tales datos en la actualidad.
Podemos medir la forma de estas galaxias trazando el perfil de la luz de las estrellas y midiendo el eje mayor y el eje menor de la forma bidimensional.
En nuestro artÃculo, recientemente publicado en Nature Astronomy, comparamos la dirección de los chorros de los cuásares con la dirección del eje menor de la elipse de la galaxia, y descubrimos que están conectados.
Esto es sorprendente, ya que el agujero negro es tan pequeño (el chorro que medimos tiene solo unas pocas años luz de longitud) en comparación con la galaxia anfitriona (que puede medir cientos de miles de años luz de ancho). Es sorprendente que un objeto tan pequeño (en comparación) pueda afectar o ser afectado por el entorno a escalas tan grandes. PodrÃa esperarse ver una correlación entre el chorro y el entorno local, pero no con toda la galaxia.
¿Tiene esto algo que decir sobre cómo se forman las galaxias? Las galaxias espirales a veces colisionan con otras galaxias espirales y forman galaxias elÃpticas, que aparecen en el cielo como elipses. Durante el proceso de fusión, el fenómeno de los cuásares se desencadena de una manera que no comprendemos completamente. Por esta razón, casi todos los chorros que pueden detectarse usando VLBI están alojados en galaxias elÃpticas.
La interpretación exacta del resultado sigue siendo un misterio, pero es importante en el contexto del reciente descubrimiento por el telescopio espacial James Webb de cuásares muy masivos (con agujeros negros supermasivos), que se formaron mucho antes en el universo de lo esperado. Está claro que nuestra comprensión de la formación de galaxias y de la influencia de los agujeros negros en este fenómeno debe actualizarse.