Tu cerebro se consume a sí mismo para buscar energía durante el ejercicio intenso 🏃

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Nature Metabolism
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Un estudio reciente revela que el cerebro humano, cuando carece de energía, podría recurrir a sus propios tejidos grasos. Este descubrimiento sugiere una nueva forma de neuroplasticidad, permitiendo al cerebro funcionar durante esfuerzos de resistencia prolongados.


Los escáneres cerebrales de participantes en un maratón muestran que, cuando la glucosa cerebral es peligrosamente baja, ciertas neuronas podrían comenzar a consumir la mielina. Esta vaina grasa rodea las fibras nerviosas del cerebro y ayuda a la transmisión eficiente de los mensajes neuronales. La mielina, lejos de ser un simple aislante estático, parece poder ser reutilizada. Su estructura se adapta a los cambios ambientales. Al parecer, algunas células cerebrales reciclan la mielina para obtener energía, pero solo en caso de necesidad absoluta.

Mielina: ¿una reserva energética?


El análisis de imágenes obtenidas por resonancia magnética de diez corredores, ocho hombres y dos mujeres, antes y después de participar en un maratón de 42 kilómetros, evidenció modificaciones significativas en los marcadores de mielina presentes en la materia blanca del cerebro, una zona particularmente rica en vainas grasas.

Se observó que entre veinticuatro y cuarenta y ocho horas después de la carrera, se manifestaba una pérdida notable de mielina en las regiones cerebrales involucradas en la función motora, la coordinación, así como en la integración sensorial y emocional. Además, los marcadores de mielina comenzaron a aumentar dos semanas después de la prueba, y recuperaron su nivel inicial dos meses más tarde en los seis participantes que continuaron siendo monitoreados.

Según el equipo de investigación dirigido por Pedro Ramos-Cabrer y Alberto Cabrera-Zubizarreta, la mielina podría desempeñar un papel de reserva energética para el cerebro, entrando en acción cuando los nutrientes cerebrales escasean. Así, propusieron el concepto de "plasticidad metabólica de la mielina" para describir este fenómeno.

Esta hipótesis cuestiona la idea previamente aceptada de que el cerebro evita recurrir a las grasas como fuente de energía. Aunque el estudio se realizó con una muestra pequeña, sus resultados están respaldados por investigaciones en ratones, que demostraron que la mielina podría servir como reserva lipídica en caso de déficit de glucosa.

Impactos y perspectivas


La mielina, que juega un papel importante en el funcionamiento del sistema nervioso, ve su pérdida significativa asociada a afecciones neurológicas como la esclerosis múltiple. Se sugiere que el cerebro, al movilizar la mielina de zonas específicas, podría inducir un autodaño temporal con el fin de preservar la integridad del órgano en su conjunto.

Esta observación encuentra eco en estudios cognitivos, que han evidenciado un enlentecimiento de los tiempos de reacción y una disminución del rendimiento de la memoria en corredores inmediatamente después de un maratón. Es importante señalar, sin embargo, que la función cerebral muestra una rápida mejora durante la fase de recuperación.


La mielina, presente en mayor cantidad en las regiones más recientes del cerebro humano, podría representar una adaptación evolutiva significativa. Esta sustancia grasa habría jugado un papel importante, permitiendo a nuestros ancestros recorrer largas distancias manteniendo un alto nivel de vigilancia cognitiva. Los resultados de este estudio, que arrojan luz sobre esta hipótesis, fueron publicados en la revista científica Nature Metabolism.

Para profundizar: ¿Cómo utiliza el cerebro la energía?


El cerebro, a pesar de su pequeño tamaño, es un órgano extremadamente demandante de energía. Consume aproximadamente el 20% de la energía total del cuerpo, aunque solo representa el 2% de su masa. Este considerable gasto energético es necesario para mantener la actividad constante de las neuronas y asegurar la transmisión de señales nerviosas.

La glucosa es la principal fuente de energía del cerebro. Este azúcar simple, transportado por la sangre, se convierte en ATP (adenosín trifosfato), la molécula energética utilizada por las células cerebrales. Sin embargo, en caso de escasez de glucosa, el cerebro también puede utilizar cuerpos cetónicos, moléculas producidas por el hígado a partir de grasas.

La mielina, como reserva de lípidos, podría desempeñar un papel clave en el suministro energético del cerebro durante esfuerzos físicos intensos o situaciones de estrés metabólico. Este mecanismo, aún poco comprendido, es objeto de investigaciones profundas para entender mejor las complejas interacciones entre el metabolismo cerebral y las funciones cognitivas.

La eficiencia con que el cerebro utiliza la energía es esencial para su buen funcionamiento. Perturbaciones en el suministro energético pueden provocar trastornos neurológicos y cognitivos. Por tanto, es importante mantener un aporte constante de glucosa y nutrientes esenciales para asegurar la salud cerebral.
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