Publicado por Cédric, Autor del artículo: Cédric DEPOND Fuente:Nature Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Las diatomeas, unas microalgas unicelulares, se destacan por su capacidad para transformar la luz en energía vital gracias a la fotosíntesis. Sin embargo, un estudio reciente revela que no solo captan la luz, sino que también la utilizan para orientarse en aguas profundas. Este mecanismo se basa en sensores sensoriales llamados fitocromos.
Estructura jerárquica altamente porosa de una concha de diatomea Coscinodiscus oculus-iridis. Imagen Wikimedia
Los fitocromos están codificados en el genoma de las diatomeas y permiten detectar las variaciones del espectro luminoso a diferentes profundidades. Esta información valiosa guía a las microalgas en su posición vertical, permitiéndoles adaptar su actividad biológica, incluso en aguas sometidas a constantes turbulencias.
Sin embargo, esta capacidad no es universal. Los investigadores del CNRS y de la Universidad de la Sorbona han descubierto que solo las diatomeas que viven más allá de los trópicos de Cáncer y de Capricornio poseen estos sensores. Las estaciones marcadas de estas regiones forzarían a estas algas a ajustar su comportamiento frente a los cambios de luz.
A partir de los datos obtenidos durante las campañas Tara Océans, los científicos observaron que los fitocromos también permiten a las diatomeas medir el paso del tiempo. Una función indispensable para coordinar su fotosíntesis en función de las estaciones, optimizando así su supervivencia en entornos extremos.
El descubrimiento, publicado en Nature el 18 de diciembre de 2024, subraya la importancia de realizar investigaciones tanto en laboratorio como en mar abierto. Estos estudios combinados proporcionan claves para comprender cómo reaccionan estas algas ante los actuales cambios climáticos.
Estos trabajos también han puesto de manifiesto otras capacidades insospechadas de las diatomeas, como su aptitud para consumir materia orgánica. Este proceso podría desempeñar un papel aún desconocido en la regulación de los ecosistemas marinos. Por otro lado, las diatomeas han revelado recientemente su simbiosis con bacterias capaces de fijar el nitrógeno. Esta interacción biológica subraya su papel fundamental en el mantenimiento de los equilibrios químicos de los océanos.
Comprender estos mecanismos se ha vuelto crucial para anticipar los efectos del cambio climático. Estas microalgas, aunque invisibles al ojo humano, demuestran una increíble capacidad de adaptación que podría inspirar nuevos enfoques en ecología.