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Neuralink: un brazo robótico controlado por el pensamiento 🦾
Publicado por Cédric, Autor del artículo: Cédric DEPOND Fuente:Neuralink en X Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Un brazo robótico que obedece a los pensamientos humanos: esta idea, digna de la ciencia ficción, es la nueva ambición de Neuralink, la start-up de Elon Musk. Pero, ¿cómo podría este proyecto transformar la vida de las personas paralizadas?
Fue en una publicación en X donde Neuralink dio a conocer su último avance: la autorización de un nuevo estudio de viabilidad. Este busca conectar su implante cerebral N1 a un brazo robótico experimental. Un proyecto que promete mucho más que una simple conexión hombre-máquina.
Imagen ilustrativa
El principio se basa en una interfaz cerebro-máquina (ICM) miniaturizada. Este chip, implantado en una región del cerebro dedicada al movimiento, capta las señales neuronales. Luego transmite estos datos a un dispositivo externo para interpretar las intenciones motoras.
Neuralink no está realizando su primer intento en cuanto a la implantación de chips cerebrales. Desde enero de 2024, un paciente con cuadriplejía pudo usar el implante para controlar un cursor de computadora. Los primeros resultados han sido alentadores, aunque se han necesitado ajustes en el algoritmo del dispositivo.
La empresa amplía hoy sus ambiciones. Con ocho nuevas implantaciones previstas antes de fin de año, Neuralink desea demostrar la viabilidad a gran escala de su sistema. También espera ofrecer asistencia concreta a las personas que sufren parálisis. Otro hito se alcanzó en noviembre, con la aprobación del primer estudio internacional. En Canadá, seis pacientes voluntarios pronto se unirán a los ensayos. Esta expansión marca un punto de inflexión para la tecnología y sus implicaciones globales.
Además, el proyecto CONVOY, que les presentamos hoy, combina el control de un brazo robótico con el implante N1 y genera grandes esperanzas. Las pruebas actuales exploran cómo esta conexión podría permitir gestos precisos, como agarrar un objeto o ejecutar movimientos complejos.
No obstante, Neuralink no está sola en este campo. Iniciativas anteriores, como la de Caltech en 2015, ya demostraron que prótesis robotizadas podían ser manipuladas mediante señales cerebrales. Sin embargo, Neuralink se distingue por su enfoque integrado y la promesa de una miniaturización avanzada.
Imagen del film "Robocop" (1987): un humano casi completamente robotizado.
Sin embargo, este avance plantea cuestiones éticas. Las implicaciones relacionadas con la privacidad, la seguridad de los datos neuronales y el consentimiento de los pacientes deben analizarse cuidadosamente. El entusiasmo no debe eclipsar los riesgos.
Más allá de los debates, la idea de un brazo controlado por el pensamiento sigue siendo un avance importante. Para Elon Musk, es un paso significativo hacia una fusión más estrecha entre el humano y la máquina. Resta saber si esta visión transformará profundamente nuestra relación con la tecnología.
¿Cómo funciona un implante cerebral para controlar un brazo robótico?
Un implante cerebral, como el desarrollado por Neuralink, es una interfaz cerebro-máquina (ICM) que establece una conexión entre el cerebro y un dispositivo externo.
El implante se coloca quirúrgicamente en una región específica del cerebro, responsable de la planificación de los movimientos. Finísimos cables dotados de electrodos detectan las señales neuronales emitidas por las neuronas. Estas señales, captadas por el implante, se transmiten de forma inalámbrica a un ordenador. Un algoritmo decodifica estas pulsaciones para extraer la intención del movimiento.
La señal interpretada se convierte luego en comandos enviados a un brazo robótico. Este último ejecuta los movimientos deseados, tales como agarrar un objeto o realizar gestos precisos.