¿Más dolor reumático en clima húmedo: verdadero o falso? 🌧️

Publicado por Adrien,
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Valérie Lannoy - Investigadora postdoctoral en microbiología, Universidad de la Sorbona

¡Nuestros mayores a veces actúan como estaciones meteorológicas! Gracias a sus dolores articulares, pueden predecir cómo será el clima durante el día. Pero, ¿qué tan cierto es esto?


Imagen de Pixabay para ilustración

El término "reumatismos" abarca alrededor de 200 enfermedades que afectan las estructuras de las articulaciones, como los huesos y el cartílago articular. También impactan las partes blandas, como los ligamentos en los huesos o los tendones que conectan los músculos con los huesos.

Estas patologías se clasifican según su origen en reumatismos no inflamatorios e inflamatorios. Los primeros incluyen la artrosis y la osteoporosis, que afectan principalmente a las personas mayores, los trastornos musculoesqueléticos o la fibromialgia. Los reumatismos inflamatorios abarcan diferentes tipos de artritis, como la espondilitis anquilosante y la artritis reumatoide, dos enfermedades autoinmunes. Hoy en día, más de 16 millones de franceses padecen de reumatismos.

¿Lluvia o humedad?


En 2019, un equipo de la Universidad de Mánchester estudió los síntomas de más de 2500 pacientes durante 15 meses. Se analizaron varias patologías, como la artrosis, la artritis reumatoide y la fibromialgia. Los síntomas se registraron a través de una aplicación para teléfonos móviles que incluía información sobre el clima, el estado de ánimo o la actividad física. Este fue uno de los primeros experimentos de ciencia participativa en usar una aplicación.

Los autores sugieren que este tipo de dispositivo puede ser útil para que los pacientes pronostiquen sus dolores. Descubrieron que la humedad relativa, es decir, la saturación del aire con vapor de agua, y la presión atmosférica son los factores que más se correlacionan con los dolores articulares.

Esta correlación, aunque significativa, es moderada. Por ejemplo, el cambio simultáneo en ambas variables meteorológicas produce solo un leve aumento en el dolor. Tres años después, un equipo de la misma universidad decidió reanalisar los mismos datos. Llegaron a la conclusión de que efectivamente existe un vínculo entre el clima y el dolor articular, pero este afecta aproximadamente al 4 % de los voluntarios. Estos investigadores explican que el dolor es subjetivo y se codifica en el cerebro. Por lo tanto, la reacción varía según el paciente y depende de diferencias individuales en la activación nerviosa.

La articulación como barómetro


El vínculo entre los dolores articulares y el clima es motivo de acalorados debates entre los científicos. En 2017, una colaboración internacional, liderada por el Dr. Jena, permitió analizar los síntomas de aproximadamente 1,5 millones de estadounidenses mayores de 65 años. Su conclusión fue que no existe correlación alguna entre los dolores articulares y los días de lluvia. ¡Cuatro días después, la respuesta a este artículo científico no tardó en llegar! Así comenzó el Dr. Bamji, reumatólogo retirado, su respuesta: "La razón por la que el Dr. Jena y sus colegas no lograron encontrar un vínculo entre los dolores articulares y la lluvia es simple. Se equivocaron de variable, y que yo sepa, nadie ha considerado la correcta."

¿Cómo podría la lluvia o la humedad relativa influir en el dolor de los pacientes, si nuestro organismo no tiene forma de detectar las fluctuaciones en el nivel de humedad? El Dr. Bamji explica que la articulación es una estructura que permite la propiocepción o sensibilidad profunda. Esta es la capacidad, consciente o inconsciente, de percibir la posición de las partes del cuerpo sin usar la vista. En los tendones se alojan "propioceptores", receptores sensibles a la presión generada por la contracción muscular. Estos propioceptores también son sensibles a los cambios en la presión atmosférica.

La presión atmosférica sigue de hecho las variaciones en la humedad relativa. En cuanto a los propioceptores, estos transmiten sus señales a los nervios sensoriales que llegan al cerebro.

Los dolores articulares están vinculados directamente con la presión atmosférica e indirectamente con la humedad relativa. Cada paciente experimenta el dolor de manera diferente, dependiendo de su propio sistema nervioso central. ¡Lo más importante es escuchar a su cuerpo, por ejemplo, llevando un diario diario de síntomas!
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