Un reciente descubrimiento arqueológico podría revolucionar nuestra comprensión sobre el origen de la escritura alfabética.
Unos cilindros de arcilla, fechados en 2400 a.C., contienen inscripciones que podrían representar las primeras evidencias de este alfabeto, mucho más antiguo que los conocidos hasta ahora. Este hallazgo pone en entredicho las teorías dominantes sobre la aparición de esta forma de escritura.
Los sistemas de escritura siempre han sido un pilar fundamental de la civilización humana, permitiendo la transmisión de información a lo largo del tiempo. Las primeras formas, como los jeroglíficos o el cuneiforme, eran complejas y representaban palabras o ideas mediante numerosos símbolos. Sin embargo, el alfabeto, que descompone las palabras en sonidos distintos, permitió una gran simplificación.
Tradicionalmente, el origen de la escritura alfabética se atribuye a los pueblos semíticos del Sinaí, alrededor del 1900 a.C. Este alfabeto, llamado "protosinaítico", se habría derivado de los jeroglíficos egipcios. Pero este descubrimiento en Siria parece indicar que hubo experimentos alfabéticos mucho antes, y en una región geográfica diferente a Egipto.
Glenn Schwartz, el arqueólogo responsable del descubrimiento, lideró excavaciones en Tell Umm-el Marra, un sitio sirio ubicado entre Alepo y el Éufrates. Su equipo desenterró una tumba de la Edad del Bronce que contenía objetos valiosos, así como cuatro cilindros de arcilla grabados con símbolos. Estas inscripciones parecen ser letras alfabéticas, aunque su significado exacto aún no se ha descifrado.
Los cilindros, del tamaño aproximado de un dedo humano, estaban perforados, lo que sugiere que podrían haber estado atados a otros objetos como etiquetas. Los investigadores creen que pudieron haberse utilizado para identificar contenidos de recipientes o bienes pertenecientes a un propietario rico. El análisis por carbono 14 permitió datar estos objetos alrededor del año 2400 a.C.
Lo que hace este hallazgo particularmente interesante es que antecede en 500 años a los primeros alfabetos conocidos. Esto desafía la cronología establecida, que ubicaba el origen del alfabeto en Egipto. Glenn Schwartz y su equipo destacan que estos cilindros muestran que ya existían formas de escritura alfabética mucho antes del período tradicionalmente asociado a la antigua Egipto.
Sin embargo, algunos expertos se muestran cautos respecto a la interpretación de estos símbolos. La similitud con letras del alfabeto podría ser una mera coincidencia, dado el escaso número de inscripciones halladas. No obstante, otros investigadores opinan que la simplicidad de los símbolos recuerda notablemente al alfabeto.
Este descubrimiento sugiere así un origen alternativo para el alfabeto, posiblemente proveniente de sociedades del Cercano Oriente. Los intercambios comerciales entre las diferentes civilizaciones de la región, especialmente entre egipcios y sirios, podrían haber facilitado la aparición de escrituras alfabéticas en varias zonas geográficas.
Aún queda mucho por descubrir sobre este tema, pero este hallazgo abre nuevas perspectivas sobre la historia de la escritura y sus primeros desarrollos. Otras excavaciones podrían confirmar esta hipótesis y aportar más información sobre los primeros sistemas de comunicación escrita.
¿Qué es el alfabeto protosinaítico?
El alfabeto protosinaítico es considerado el alfabeto más antiguo conocido, datado alrededor del año 1900 a.C. Tiene sus raíces en los jeroglíficos egipcios, pero a diferencia de estos, representa sonidos individuales, llamados fonemas, en lugar de ideas o palabras completas. Fue utilizado por los antiguos habitantes del Sinaí, en la región comprendida entre Egipto y Palestina.
El sistema protosinaítico marcó una transición importante en la escritura. Antes de él, las civilizaciones empleaban sistemas logográficos como los jeroglíficos egipcios o el cuneiforme mesopotámico, que consistían en cientos de símbolos que representaban ideas o palabras, haciendo la escritura compleja y accesible solo para las élites. En cambio, el alfabeto simplificó la escritura y la hizo más accesible.
Este sistema alfabético tuvo una influencia significativa en las civilizaciones vecinas. Evolucionó hasta convertirse en el alfabeto fenicio, que a su vez influyó en los alfabetos griego y latino. Esto permitió una mayor difusión de la escritura, alcanzando a un público más amplio fuera de las esferas reales y religiosas, y desempeñó un papel clave en la historia de la comunicación escrita.