Este paisaje kárstico misterioso australiano revela sus secretos

Publicado por Adrien,
Fuente: Science Advances
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Los paisajes kársticos, de apariencia escultórica, cubren casi una sexta parte de la superficie terrestre. Estas formaciones naturales, moldeadas por el agua durante miles de años, son tan impresionantes como difíciles de datar.

Su importancia va más allá de su belleza. Los karsts revelan información crucial sobre los climas pasados de la Tierra, pero determinar su edad ha sido durante mucho tiempo un reto para los investigadores.


Pináculos: columnas calcáreas, que miden hasta 4 metros de altura, en el Parque Nacional de Nambung.
El parque está ubicado en Australia Occidental, cerca de la ciudad de Cervantes.
Imagen Wikimedia

Estos paisajes se forman por la disolución de rocas bajo el efecto del agua. Sin embargo, dicha disolución dificulta la estimación precisa de su edad, ya que implica datar lo que ha desaparecido. Hasta el momento, los científicos se basaban en elementos sobre y bajo estas formaciones, un método frecuentemente impreciso.

Un avance importante se ha logrado gracias a la geocronología (U/Th)-He, que mide los isótopos de helio, uranio y torio en nódulos de hierro microscópicos. Estos nódulos se forman al mismo tiempo que el karst, lo que permite datar con precisión su formación. Este método ha sido probado en el Desierto de los Pináculos, en Australia Occidental.

El sitio de los Pináculos, famoso por sus formaciones calcáreas gigantes, ofrece un terreno ideal para este estudio. Fragmentos de nódulos de hierro, encontrados en el suelo por encima de estas rocas, fueron analizados, y su edad estimada es de unos 100,000 años. Estos resultados concuerdan con las edades de las rocas circundantes.

Este período de formación coincide con una de las épocas más húmedas de la historia reciente de Australia Occidental. Los investigadores aún desconocen qué provocó este pico de precipitaciones, pero se barajan cambios en la circulación atmosférica o la influencia de la corriente de Leeuwin, una corriente oceánica tropical.

Estos nódulos ricos en hierro no se limitan a los Pináculos. Están presentes en otras regiones de Australia y, por lo tanto, ofrecen una forma de rastrear las variaciones climáticas mundiales de los últimos tres millones de años. Este avance científico podría permitir una mejor comprensión de los vínculos entre la formación de los karsts y las condiciones climáticas que influyeron en los antiguos ecosistemas, incluidos aquellos en los que vivieron nuestros ancestros homínidos.

El estudio de los karsts y de las épocas húmedas pasadas también revela información crucial para predecir cómo nuestros paisajes y ecosistemas actuales reaccionarán frente a los cambios climáticos en curso. Entender las evoluciones del pasado nos ayuda a anticipar y mitigar los impactos futuros de estos cambios.
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