Desde hace décadas, los investigadores intentan reproducir el funcionamiento del cerebro humano para beneficiarse de sus increíbles capacidades. Una start-up suiza, FinalSpark, ha revelado recientemente un avance importante en este campo: un bio-ordenador compuesto por 16 mini-cerebros humanos. Este bioprocesador, que consume mucho menos energía que los procesadores tradicionales, podría transformar el futuro de la informática.
FinalSpark utiliza organoides cerebrales, estructuras tridimensionales desarrolladas en laboratorio a partir de células madre neuronales, para crear lo que llaman Wetware computing. A diferencia de los sistemas de inteligencia artificial (IA) convencionales, estos organoides consumen un millón de veces menos energía. El Dr. Fred Jordan, cofundador de FinalSpark, enfatiza que los avances recientes en biología y tecnologías de células madre abren nuevas perspectivas en el campo de la biología sintética.
El enfoque de FinalSpark podría marcar el inicio de una era informática de bajo impacto ambiental. En lugar de integrar conceptos biológicos en la informática tradicional, la start-up aprovecha los organoides cerebrales para procesar la información de manera eficiente. Estos 16 organoides están conectados a electrodos y a un sistema microfluídico que les proporciona agua y nutrientes. Según FinalSpark, un bioprocesador orgánico maduro podría reemplazar los sistemas de aprendizaje automático actuales que consumen mucha energía.
Los sistemas actuales de IA, como GPT-4, requieren cantidades colosales de energía para funcionar. En comparación, el cerebro humano, con sus 86 mil millones de neuronas, consume solo 0,3 kilovatios-hora por día. Según los investigadores de FinalSpark, entrenar un gran modelo de lenguaje, como GPT-4, requiere decenas de gigavatios-hora, lo que equivale al consumo energético anual de miles de hogares.
La Neuroplatform de FinalSpark permite a investigadores de todo el mundo llevar a cabo experimentos a distancia con sus organoides cerebrales. Durante los últimos tres años, esta plataforma ha sido utilizada con más de 1000 organoides, recopilando así 18 terabytes de datos. Fred Jordan afirma que la colaboración internacional es esencial para alcanzar objetivos tan ambiciosos.
FinalSpark espera ampliar las capacidades de su plataforma para incluir una gama más amplia de protocolos experimentales, como la inyección de moléculas y medicamentos en los organoides. Esta tecnología podría revolucionar el campo de la IA al ofrecer una alternativa energéticamente eficiente a los procesadores tradicionales.