Detectar mentiras podría volverse más sencillo gracias a un nuevo enfoque desarrollado por investigadores del Leugenlab de la Universidad de Ámsterdam, en colaboración con las Universidades de Maastricht y de Tilburg.
Olvide el lenguaje corporal y la convicción del mensaje: solo es necesario concentrarse en la riqueza y el detalle de la historia contada. Este método se basa en una observación simple pero efectiva: los mentirosos, aunque puedan inventar detalles, aumentan su riesgo de ser desenmascarados.
El personal de seguridad está entrenado para detectar hasta 92 señales de mentira. Para Bruno Verschuere, profesor asociado en psicología judicial, es una tarea imposible. Según él, es poco realista pedir que se evalúen tantas señales en tan poco tiempo y que se combinen para un juicio preciso. Además, tenemos la tendencia de creer instintivamente a las personas que parecen inocentes, lo que favorece a los mentirosos.
Leugenlab propone un nuevo método de detección de mentiras basado en una sola señal: el nivel de detalle en la historia. Las personas honestas pueden proporcionar una descripción rica porque realmente han vivido el evento. Este método contraintuitivo resulta sin embargo muy efectivo.
Para verificar la fiabilidad de este enfoque, los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos en laboratorio. Un grupo de estudiantes fue dividido en dos: los culpables y los inocentes. Los culpables debían robar una copia de un examen en un casillero, mientras que los inocentes solo debían pasar tiempo en el campus. Luego, todos los participantes debían declarar haber pasado media hora en el campus.
Para ilustrar el nuevo enfoque de detección de mentiras, Verschuere creó un cómic científico con el dibujante Jan Cleijne. Crédito: Bruno Verschuere (texto) & Jan Cleijne (arte)
En nueve estudios que involucraron a 1,445 personas encargadas de descubrir quién miente y quién dice la verdad, estas personas evaluaron la exactitud de declaraciones manuscritas, transcripciones de video, entrevistas en video o entrevistas en directo de los estudiantes. Cuando se les permitía utilizar todas las señales posibles, tenían dificultades para distinguir a los culpables de los inocentes. Sin embargo, al centrarse únicamente en la cantidad de detalles (lugar, persona, hora, localización), lograban sistemáticamente discernir las mentiras de las verdades.
Esta investigación tiene importantes implicaciones para los métodos de detección de mentiras utilizados por las fuerzas del orden y los agentes de seguridad. Simplificando el proceso y centrándose en una sola señal fiable, resulta más fácil entrenar al personal para detectar mentiras de manera efectiva.
La investigación se publica en la revista Nature Human Behaviour.