Un equipo de científicos ha puesto en evidencia un nuevo mecanismo potencial de aporte de agua a la Tierra, ofreciendo una perspectiva prometedora en comparación con las teorías anteriores.
Basado en numerosas observaciones del Sistema Solar, así como en otras realizadas con el radiotelescopio ALMA de discos de desechos extrasolares, el estudio fue publicado en la revista Astronomy and Astrophysics el 3 de diciembre de 2024.
El agua es un elemento esencial para la vida en la Tierra; sin embargo, los científicos piensan que la joven Tierra carecía de ella en su formación. Situada demasiado cerca del Sol, nuestro planeta habría sido efectivamente demasiado caliente para conservar agua en sus inicios. Las teorías actuales sugieren, entonces, un aporte de agua proveniente del exterior, ocurrido durante los primeros 100 millones de años de la historia terrestre.
Hasta ahora, la teoría dominante suponía que cuerpos helados, similares a cometas, habían impactado la Tierra, trayendo así el agua. Sin embargo, este escenario requiere un "juego de billar" cósmico, donde mecanismos dinámicos complejos enviaron estos objetos helados hacia la Tierra en un momento preciso y en cantidades suficientes. A todas luces aleatorio, este escenario es cuestionado en cuanto a su robustez y su aplicabilidad universal a través de todos los sistemas extrasolares.
Basándose en datos precisos obtenidos a partir de mediciones isotópicas realizadas en la atmósfera de la Tierra, así como en observaciones recientes de asteroides (notablemente los resultados de misiones espaciales cercanas a asteroides como Hayabusa 2 y OSIRIS-REx), se pudo desarrollar un nuevo modelo de evolución del cinturón de asteroides y probarlo con los datos terrestres.
Además, se realizaron observaciones de discos extrasolares, similares a nuestro cinturón de asteroides, utilizando el radiotelescopio ALMA para probar la universalidad de este nuevo mecanismo de aporte de agua; este podría potencialmente aplicarse con éxito a una variedad de sistemas extrasolares.
El nuevo estudio propone un mecanismo alternativo, menos aleatorio
Si, como se piensa actualmente, los asteroides se formaron congelados en un disco primordial frío, entonces, al desaparecer este joven disco, los asteroides, al calentarse, habrían liberado progresivamente su hielo en forma de vapor de agua. Este vapor de agua formó luego un nuevo disco compuesto principalmente de agua que rodeaba el cinturón de asteroides y orbitaba alrededor del Sol.
Bajo el efecto de fuerzas dinámicas, este disco de vapor de agua se expandió progresivamente, alcanzando finalmente los planetas internos del Sistema Solar, incluida la Tierra. Cuando estas se encontraron inmersas en este baño de vapor de agua, los planetas pudieron capturar una parte, contribuyendo así a la formación de los océanos.
Este mecanismo también permite explicar la presencia de agua en otros planetas del Sistema Solar. Al tener un alcance potencialmente universal, ofrece una vía prometedora para identificar exoplanetas capaces de albergar agua y, potencialmente, vida.