Esta larva de mosca utiliza una cara falsa para engañar a las termitas 🐜

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Current Biology
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En las montañas del Anti-Atlas en Marruecos, una larva de mosca ha desarrollado una estrategia de camuflaje tan sorprendente como eficaz. Gracias a una "máscara" que se asemeja a la cabeza de una termita en su extremo posterior, logra engañar a sus anfitriones e integrarse perfectamente en su colonia.


Una larva de mosca de la carne disfrazada de termita, incluyendo antenas.
Roger Vila

Este descubrimiento, publicado en la revista Current Biology, arroja luz sobre una forma rara de mimetismo social. Los investigadores observaron que estas larvas, que probablemente pertenecen a una nueva especie de mosca, utilizan tanto adaptaciones morfológicas como químicas para vivir entre las termitas sin ser detectadas.

Un camuflaje morfológico ingenioso


Las larvas de esta mosca, del género Rhyncomya, presentan una estructura única en su parte posterior: una "máscara" que imita perfectamente la cabeza de una termita. Este falso rostro incluye antenas y palpos no funcionales, así como orificios respiratorios que se asemejan a ojos. Estas adaptaciones permiten a las larvas engañar a las termitas, que tienen una visión funcional limitada pero suficiente para detectar intrusos.

Además, tentáculos rodean el cuerpo de las larvas, imitando las antenas de las termitas. Estas estructuras facilitan las interacciones con las termitas, permitiendo que las larvas se comuniquen simultáneamente con varios individuos. Esta adaptación morfológica es esencial para evitar ser identificadas como extrañas.

Finalmente, los investigadores notaron que las larvas a menudo se posicionan en las zonas más frecuentadas de la colonia. Esta estrategia les permite maximizar sus interacciones con las termitas, reforzando así su integración social.

Una adaptación química perfecta


Las termitas utilizan principalmente su olfato para reconocer a los miembros de su colonia. Las larvas de mosca han desarrollado, por tanto, la capacidad de imitar el olor específico de su colonia anfitriona. Los análisis químicos mostraron que las larvas son indistinguibles de las termitas, lo que les permite evitar los ataques de los soldados.

Esta adaptación química es crucial para su supervivencia. Los investigadores observaron que las termitas no solo toleran a las larvas, sino que incluso parecen alimentarlas. Sin embargo, la dieta exacta de las larvas sigue siendo un misterio, al igual que su forma adulta, ya que ninguna ha sobrevivido hasta la metamorfosis en el laboratorio.

Además, las larvas comparten perfiles químicos ligeramente diferentes según las colonias, lo que sugiere una adaptación fina a cada grupo de termitas. Esta precisión en el mimetismo químico refuerza la eficacia de su infiltración.

Para profundizar: ¿Cómo se comunican los insectos a través de los olores?


Los insectos utilizan un sistema de comunicación química sofisticado, basado en moléculas llamadas feromonas. Estas sustancias, producidas por glándulas específicas, desempeñan un papel esencial en su vida social, reproducción y supervivencia. Las feromonas pueden transmitir mensajes variados, como señales de alarma, marcadores de territorio o atrayentes sexuales.

En el caso de las termitas, por ejemplo, el olfato es una herramienta clave para reconocer a los miembros de su colonia. Cada colonia posee una firma química única, compuesta por varios compuestos orgánicos. Las termitas utilizan sus antenas para detectar estos olores, lo que les permite distinguir a los individuos familiares de los intrusos. Este reconocimiento químico es tan preciso que incluso puede diferenciar colonias vecinas de la misma especie.

Las larvas de mosca descubiertas en Marruecos explotan esta comunicación química para engañar a las termitas. Al imitar perfectamente el olor de su colonia anfitriona, evitan ser identificadas como extrañas. Esta adaptación se basa en la producción de compuestos químicos idénticos a los de las termitas, un fenómeno raro en el mundo de los insectos.

Finalmente, la comunicación química no se limita a las interacciones sociales. También interviene en la búsqueda de alimento, la defensa contra depredadores y la coordinación de actividades colectivas. Por ejemplo, las hormigas utilizan feromonas para marcar caminos que conducen a fuentes de alimento, permitiendo que sus congéneres los sigan con precisión.
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