Enorme: 208 millones de estadounidenses ahora tienen obesidad o sobrepeso 🍔

Publicado por Adrien,
Fuente: The Conversation bajo licencia Creative Commons
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Por Marie Ng - Affiliate Associate Professor of Global Health, University of Washington

En Estados Unidos, la epidemia de sobrepeso y obesidad está avanzando rápidamente. Los niños y adolescentes son particularmente afectados. Si no se toman medidas, para 2050 más del 80 % de los adultos y cerca del 60 % de los adolescentes estadounidenses estarán afectados.


En 2021, en Estados Unidos, casi la mitad de los adolescentes y las tres cuartas partes de los adultos eran considerados, desde un punto de vista clínico, como personas con sobrepeso u obesidad, lo que representa 208 millones de personas. En 1990, estas proporciones eran la mitad. Si no se adoptan medidas, la tendencia se agravará: para 2025, más del 80 % de los adultos y cerca del 60 % de los adolescentes estadounidenses tendrán sobrepeso u obesidad.

Publicado en la revista médica The Lancet, estas cifras provienen de un estudio que realizamos con el Global Burden of Disease Study 2021 U.S. Obesity Forecasting Collaborator Group, que reúne a más de 300 expertos e investigadores especializados en obesidad.

Una situación que empeora


El objetivo de nuestro trabajo era informar sobre la evolución de la obesidad y el sobrepeso en Estados Unidos entre 1990 y 2021, y elaborar proyecciones para estimar su progresión hasta 2050.

Para llevarlo a cabo, sintetizamos y analizamos datos del índice de masa corporal provenientes de 132 fuentes diferentes, como estudios científicos, encuestas nacionales y otras realizadas dentro de los estados.

Consideramos que las personas de 18 años o más tenían "sobrepeso" tan pronto como su índice de masa corporal, o IMC, se encontraba entre 25 kilogramos por metro cuadrado (kg/m2) y 30 kg/m2. Por encima de esos valores, se considera obesidad. En el caso de personas menores de 18 años, nos basamos en los criterios del International Obesity Task Force.

Nuestros resultados son significativos, ya que Estados Unidos ya tiene una de las tasas más altas de obesidad y sobrepeso en el mundo. Ahora bien, sabemos que la esperanza de vida de las personas afectadas se reduce. Además, esta situación limita el alcance de los avances médicos en comparación con los beneficios que pueden recibir las poblaciones de otros países con ingresos similares.

Investigaciones previas habían demostrado, por ejemplo, que la obesidad fue responsable de 335,000 muertes solo en 2021. En particular, aumenta los riesgos de diabetes, ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cáncer y trastornos psicológicos. Es un factor de riesgo clave para una mala salud y una muerte prematura. Además, es uno de los factores que está aumentando con mayor rapidez.

Las implicaciones económicas de la obesidad también son significativas. Un informe publicado en 2024 por los miembros republicanos del Joint Economic Committee del Congreso de los Estados Unidos estimó que los costos de salud relacionados con la obesidad alcanzarán 9,1 billones de dólares (o sea, 9,1 mil millones de millones de dólares) en la próxima década.

Niños y adolescentes, una preocupación importante


El aumento de la obesidad entre los niños y adolescentes es especialmente preocupante, ya que la tasa de obesidad se ha más que duplicado en los adolescentes entre los 15 y 24 años desde 1990. Los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición revelan que, en Estados Unidos, casi el 20 % de los niños y adolescentes de entre 2 y 19 años son obesos.

Para 2050, nuestros resultados de previsión sugieren que uno de cada cinco niños y uno de cada tres adolescentes serán obesos. Sabemos que en ambas categorías, la obesidad no solo se asocia con el desarrollo precoz de enfermedades crónicas, sino también con trastornos de salud mental, una disminución de las interacciones sociales y una reducción de las capacidades físicas.

Desigualdades territoriales y sociales


Nuestras investigaciones también han destacado importantes disparidades geográficas en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre los estados, siendo los estados del sur los que muestran algunas de las tasas más altas.


Otros estudios sobre la obesidad en Estados Unidos también han señalado grandes diferencias socioeconómicas y étnicas, sugiriendo, por ejemplo, que las poblaciones negras e hispanas tienen tasas de obesidad más altas que las poblaciones blancas.

Estas disparidades también están exacerbadas por ciertos obstáculos "sistémicos": discriminación, desigualdad en el acceso a la educación, la atención médica y las oportunidades económicas, entre otros.

¿Qué soluciones?


Entre las intervenciones que han demostrado ser efectivas contra la obesidad, se puede mencionar la imposición de impuestos sobre las bebidas azucaradas. Investigaciones recientes realizadas en Seattle demostraron que esta medida reduce el índice de masa corporal promedio en los niños. Diversos estudios también han analizado los resultados de iniciativas que buscan mejorar el acceso a la actividad física y a alimentos saludables, especialmente en las áreas menos favorecidas.

Además, un creciente número de estudios evalúa el potencial de las intervenciones de comportamiento impulsadas por la tecnología, es decir, el uso de aplicaciones móviles para ayudar a las personas a manejar mejor su peso. Por el momento, la cuestión de la eficacia de estos enfoques, así como su escalabilidad, sigue abierta, lo que limita su adopción y su potencial impacto a gran escala.

Por último, se están llevando a cabo investigaciones clínicas para desarrollar nuevos medicamentos contra la obesidad (y monitorear la eficacia y seguridad de los medicamentos actuales).

La llegada de nuevos medicamentos podría cambiar significativamente la gestión de la obesidad. Sin embargo, no basta con desarrollarlos para garantizar que sus efectos sean lo suficientemente amplios como para modificar significativamente las tendencias en las próximas décadas. De hecho, numerosos factores entrarán en juego: el costo de estas nuevas moléculas, su accesibilidad, su eficacia a largo plazo, la variabilidad en la respuesta de un paciente a otro, etc. Todos estos son parámetros que los científicos deben asegurarse de estudiar en profundidad en el futuro.
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