El rejuvenecimiento celular finalmente posible gracias a esta proteína 🧬

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Cellular Signalling
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Desde los albores de la humanidad, la búsqueda de la eterna juventud ha alimentado mitos y leyendas. Desde las fuentes de la juventud hasta los elixires milagrosos, la idea de vencer al tiempo siempre ha fascinado. Si bien la promesa de una inmortalidad física sigue siendo parte de la ficción, la ciencia parece acercarnos hoy a una forma de rejuvenecimiento, no a escala del individuo, sino a nivel celular.


Investigadores de la Universidad de Osaka, en Japón, podrían haber descubierto el secreto del envejecimiento celular. Sus estudios, publicados en la revista Cellular Signaling, revelan el papel clave de una proteína, AP2A1, en el proceso de senescencia. Este hallazgo abre el camino a tratamientos que podrían revertir los efectos del tiempo en nuestras células y, por consiguiente, en todo nuestro organismo.

AP2A1: ¿el director de orquesta del envejecimiento celular?


Con la edad, nuestras células experimentan transformaciones. Algunas se vuelven senescentes, es decir, dejan de dividirse y pierden sus funciones. Estas células, más grandes que las células jóvenes, presentan cambios en sus "fibras de estrés", estructuras que les permiten moverse e interactuar con su entorno. Los científicos buscan comprender cómo estas células senescentes logran mantener su tamaño imponente.

El equipo de la Universidad de Osaka se centró en la proteína AP2A1. Esta proteína, presente en mayor cantidad en las fibras de estrés de las células senescentes, podría desempeñar un papel clave en el envejecimiento celular. Para comprobar esta hipótesis, los investigadores modularon la expresión de la proteína AP2A1 en células jóvenes y envejecidas.

Los resultados de estos experimentos fueron sorprendentes. La supresión de la expresión de AP2A1 en células envejecidas provocó una inversión de la senescencia y una revitalización celular. Por el contrario, el aumento de la expresión de AP2A1 en células jóvenes aceleró el proceso de senescencia. Estas observaciones sugieren que AP2A1 actúa como un interruptor entre los estados "joven" y "viejo" de las células.



La interacción con la integrina β1


Los investigadores también descubrieron que AP2A1 interactúa estrechamente con otra proteína, la integrina β1. Esta última permite que las células se anclen a la matriz extracelular, una red de proteínas que las rodea. AP2A1 y la integrina β1 se mueven juntas a lo largo de las fibras de estrés. La integrina β1 refuerza la adhesión de las células al sustrato, lo que podría explicar el mayor tamaño de las células senescentes.

La fuerte correlación entre la expresión de AP2A1 y la senescencia celular la convierte en un candidato prometedor como marcador del envejecimiento celular. Además, el papel activo de AP2A1 en el proceso de envejecimiento abre el camino a nuevas estrategias terapéuticas para combatir enfermedades relacionadas con la edad.

Para profundizar: ¿Qué es la senescencia celular?


La senescencia celular es un estado en el que una célula deja de dividirse, pero sin morir. Se distingue de la apoptosis (muerte celular programada) y de la necrosis (muerte celular accidental). Las células senescentes suelen ser más grandes que las células jóvenes y presentan cambios morfológicos, especialmente en su citoesqueleto y orgánulos. Pueden permanecer metabólicamente activas y secretar diversas moléculas, como factores inflamatorios, factores de crecimiento y enzimas de degradación de la matriz extracelular.

La senescencia celular puede desencadenarse por diversos factores, como daños en el ADN, el acortamiento de los telómeros (los extremos de los cromosomas), el estrés oxidativo, la activación de oncogenes o señales extracelulares. Se considera un mecanismo de protección contra la proliferación celular descontrolada, especialmente en casos de daños en el ADN que podrían llevar a la formación de células cancerosas. Sin embargo, la acumulación de células senescentes en los tejidos puede tener efectos negativos en el organismo, contribuyendo al envejecimiento y al desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad.

Las células senescentes pueden tener efectos variables en los tejidos circundantes. En algunos casos, pueden favorecer la reparación tisular y la homeostasis. En otros, pueden contribuir a la inflamación crónica, la fibrosis (formación excesiva de tejido conectivo) y la pérdida de función de los órganos. El equilibrio entre los efectos beneficiosos y perjudiciales de la senescencia celular depende del contexto y del tipo de células involucradas. La investigación sobre la senescencia celular está en pleno auge, con el objetivo de comprender mejor su papel en el envejecimiento y las enfermedades, y de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para modular sus efectos.
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