El oro de los baños: cuando la orina se convierte en un fertilizante muy eficaz 🌱

Publicado por Adrien,
Fuente: Resources, Conservation and Recycling
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La orina humana podría convertirse en el oro de las ciudades. Un estudio revela su potencial sin explotar para fertilizar cultivos urbanos mientras se protege el medio ambiente.

Científicos del ICTA-UAB han demostrado que el nitrógeno extraído de la orina puede servir como fertilizante eficaz. Este método reduce las emisiones de CO₂, el consumo de agua y la dependencia de recursos no renovables, ofreciendo una alternativa sostenible a la agricultura tradicional.


La agricultura urbana enfrenta un problema mayor: encontrar fertilizantes respetuosos con el medio ambiente. La orina, rica en nitrógeno, aparece como una solución prometedora. Su reutilización permite limitar la contaminación del agua y reducir la huella de carbono asociada a la producción de fertilizantes sintéticos.

La demanda global de fertilizantes nitrogenados aumenta cada año, exacerbando la presión sobre los recursos fósiles. La orina, disponible en abundancia, podría cubrir parte de esta necesidad mientras se integra en una economía circular.

Los investigadores han desarrollado un proceso para transformar la orina en nitrato, directamente asimilable por las plantas. Probado en tomates, este fertilizante natural ha mostrado resultados alentadores, con un rendimiento potencial de 2,4 toneladas por metro cúbico de orina tratada.

A pesar de estos avances, persisten preguntas, especialmente sobre la presencia de residuos farmacéuticos en los cultivos. Los científicos continúan sus trabajos para optimizar el proceso y evaluar su aplicabilidad a gran escala.

Esta innovación abre perspectivas interesantes para ciudades comprometidas con desarrollar una agricultura sostenible. Ilustra cómo los desechos humanos pueden valorizarse para alimentar poblaciones mientras se protege el planeta.

¿Cómo puede la orina convertirse en fertilizante?


La orina humana es rica en nitrógeno, un elemento clave para el crecimiento de las plantas. Para transformarla en fertilizante, los científicos utilizan un proceso que convierte la urea en nitrato, una forma de nitrógeno fácilmente absorbible por las plantas.

Este proceso implica añadir una base para ajustar el pH y la acción de microorganismos específicos. El resultado es un líquido rico en nutrientes, listo para usarse en el riego de cultivos.

La ventaja de este método radica en su simplicidad y bajo coste energético. A diferencia de los fertilizantes sintéticos, no requiere combustibles fósiles, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.

Finalmente, este enfoque permite reciclar un desecho en un recurso valioso, contribuyendo a una economía más circular y sostenible.

¿Cuáles son los beneficios ambientales de este método?


El uso de la orina como fertilizante presenta varios beneficios para el medio ambiente. Primero, reduce la contaminación del agua al limitar la liberación de nitrógeno en ríos y acuíferos.

También disminuye la dependencia de fertilizantes sintéticos, cuya producción es intensiva en energía y emisora de CO₂. Esto ayuda a mitigar el cambio climático.

Por último, este método promueve un uso más eficiente de los recursos locales. Transforma un desecho en recurso, alineando así las prácticas agrícolas con los principios de la economía circular.

A gran escala, esta innovación podría reducir significativamente la huella ecológica de la agricultura, especialmente en entornos urbanos donde los espacios verdes son limitados.
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