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Los continentes y los océanos están en constante transformación, moldeando la Tierra a lo largo de millones de años, en un proceso conocido como el ciclo de Wilson. Este ciclo describe cómo se forman los supercontinentes, cómo se separan y cómo nacen los océanos, se expanden y finalmente se cierran. La zona de subducción de Gibraltar, un punto caliente geológico, juega un papel fundamental en este baile terrestre, sugiriendo que el Atlántico podría empezar a cerrarse.
Evolución de la zona de subducción de Gibraltar, de 30 millones de años a 50 millones de años en el futuro. Según Duarte et al., 2024. Crédito: João C. Duarte
La Tierra está cubierta por una cáscara rígida, la litosfera, dividida en placas tectónicas. Estas placas, en constante movimiento, conducen a la creación de continentes inmensos y la formación de océanos. Por ejemplo, cuando la Pangea, un supercontinente, comenzó a dividirse, nació el océano Atlántico. Hoy, con sus márgenes pasivos, el Atlántico es poco activo, sin gran actividad sísmica o volcánica. Pero esto podría cambiar pronto.
El ciclo de Wilson predice que océanos como el Atlántico eventualmente podrían cerrarse, similar a lo que sucede con el océano Pacífico, rodeado de zonas de subducción activas donde la tierra tiembla y los volcanes entran en erupción. La transición del Atlántico hacia un futuro donde sus márgenes se volverían activos depende de la subducción, un fenómeno donde una placa tectónica se hunde bajo otra.
Las zonas de subducción del Atlántico, mostrando los arcos desarrollados de las Pequeñas Antillas y de Escocia, y el arco incipiente de Gibraltar. Según Duarte et al., 2018. Crédito: João C. Duarte
En Gibraltar, tenemos una ventana única a las primeras etapas de este proceso. Mientras que la zona de subducción de Gibraltar muestra actualmente una actividad lenta, nuevas investigaciones indican que esta fase podría terminar pronto, marcando el inicio de una era en la que el Atlántico comenzaría a cerrarse.
Este hallazgo tiene implicaciones importantes, no solo para nuestro entendimiento de la evolución geológica de la Tierra, sino también para la predicción de riesgos sísmicos en la región. Aunque la actividad actual en la zona de subducción de Gibraltar es lenta, sigue siendo un tema crucial de estudio para anticipar los futuros cambios geológicos y los riesgos naturales asociados.