Los investigadores finalmente han revelado la apariencia de un verdadero coloso prehistórico que habitó la Tierra hace 300 millones de años. Esta criatura medía aproximadamente 2,7 metros de largo y poseía varias decenas de patas.
Durante mucho tiempo, los fósiles encontrados eran en su mayoría exoesqueletos sin cabeza, que estos gigantes abandonaban durante su muda. Se deslizaban fuera de su caparazón por una apertura a nivel de la cabeza para seguir creciendo. Sin embargo, fósiles completos, descubiertos recientemente en especímenes juveniles, han permitido a los científicos reconstruir con precisión la apariencia de este animal.
Esta ilustración, proporcionada por los investigadores en octubre de 2024, muestra una reconstrucción de un Arthropleura juvenil a partir de fósiles encontrados en Montceau-les-Mines, Francia. (A) Vista dorsal. (B) Vista ventral. (C) Vista posterior. (D) Vista frontal. La maxila izquierda fue removida en (B) para ilustrar mejor la mandíbula debajo. El círculo rojo en (C) indica la posición del tubo digestivo. Crédito: Mickaël Lhéritier, Jean Vannier, Alexandra Giupponi
Esta gigantesca criatura, llamada Arthropleura, pertenecía a la clase de los artrópodos, que también incluye insectos, arañas y cangrejos. A diferencia de sus pequeños primos modernos, esta especie alcanzaba dimensiones impresionantes. El paleobiólogo Mickaël Lhéritier, de la Universidad Claude Bernard Lyon, describió el descubrimiento como sorprendente, ya que Arthropleura tenía el cuerpo de un ciempiés con una cabeza que recordaba a la de los quilópodos.
Los especímenes juveniles recientemente analizados medían alrededor de 6 centímetros de largo, muy lejos de las dimensiones de sus contrapartes adultas, que podían llegar a medir 2,7 metros y pesar más de 50 kilogramos. No obstante, comparten suficientes características como para ofrecer una valiosa visión de la apariencia de los adultos.
Los investigadores utilizaron técnicas de tomografía computarizada (escáner CT) para observar estos fósiles sin dañarlos. Esta tecnología les permitió ver detalles ocultos en la roca, como fragmentos de la cabeza. Según James Lamsdell, paleobiólogo de la Universidad de Virginia Occidental, este método es esencial para preservar la integridad de los fósiles frágiles.
Gracias a estos escaneos, descubrieron que la cabeza de Arthropleura tenía antenas cortas en forma de campana, ojos prominentes como los de los cangrejos y una pequeña boca adaptada a una dieta vegetariana. Esta reconstrucción revela elementos sobre la biología de estas criaturas colosales que alguna vez dominaron los bosques prehistóricos.
No obstante, persiste el debate sobre si Arthropleura fue el artrópodo más grande que haya existido. Algunos científicos creen que el escorpión marino gigante, que ya se ha extinguido, también podría reclamar ese título.
Arthropleura: criaturas impresionantes
Arthropleura es un género de artrópodo prehistórico, emparentado con los ciempiés y milpiés modernos. Vivió hace unos 300 millones de años, durante el período Carbonífero. Con una longitud que podía alcanzar los 2,7 metros, fue uno de los artrópodos terrestres más grandes que se han descubierto.
El tamaño gigantesco de estas criaturas se explica por los niveles de oxígeno atmosférico mucho más altos que existían en esa época. Esta mayor concentración de oxígeno permitió a los artrópodos, que respiran por difusión, crecer a tamaños impresionantes.
Arthropleura tenía una alimentación principalmente herbívora. Su boca, pequeña y adaptada, le permitía triturar hojas y cortezas. Su tamaño y sus capacidades digestivas lo convertían en un habitante clave de los bosques carboníferos.
Los fósiles completos de Arthropleura son raros, ya que muchas de estas criaturas dejaban detrás sus exoesqueletos vacíos después de la muda. Estos fragmentos generalmente no contenían la cabeza, lo que hacía difícil su reconstrucción.