El amor es más un asunto del cerebro que del corazón: así es como funciona

Publicado por Cédric,
Autor del artículo: Cédric DEPOND
Fuente: Cerebral Cortex
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El amor no se limita al corazón. En nuestro cerebro, cada tipo de amor activa zonas precisas. Pero, ¿cuál estimula más nuestra actividad cerebral? Un estudio reciente realizado en Finlandia nos revela las respuestas.


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Los investigadores de la Universidad de Aalto (Finlandia) analizaron minuciosamente la actividad cerebral de 55 adultos utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Estos participantes, de entre 28 y 53 años y, en su mayoría, en pareja y con hijos, fueron expuestos a frases cuidadosamente elaboradas para despertar sentimientos de afecto. Estas frases hacían referencia a personas cercanas, como un cónyuge o un hijo, pero también a vecinos, mascotas o elementos de la naturaleza.

Cada participante debía no solo escuchar estas frases, sino también concentrarse en la emoción que sentía, lo que permitía a los científicos observar la actividad cerebral asociada a diferentes tipos de apego. Este protocolo preciso tenía como objetivo identificar los patrones de activación específicos para cada forma de amor, basándose en las reacciones emocionales individuales.

Este método reveló que las formas de amor entre personas activan las mismas zonas del cerebro. Sin embargo, las intensidades varían según las relaciones. El amor parental se mostró especialmente poderoso en regiones asociadas con la motivación, como el estriado. El amor por la naturaleza y los animales, en cambio, suscitó una respuesta diferente. Excepto en los propietarios de mascotas, cuyo cerebro presenta una firma similar a la de las relaciones humanas.

Las zonas cerebrales activadas incluyen varias regiones asociadas al sistema de recompensa, como la corteza orbitofrontal y el giro del cíngulo, conocidas por su papel en el procesamiento de emociones y la regulación de comportamientos sociales.

Algo particularmente destacable es que esta activación no se limita a la escucha de las frases. De hecho, persiste incluso después, cuando los participantes siguen reflexionando sobre los sentimientos evocados. Esta prolongación de la actividad cerebral subraya la importancia y la profundidad de la emoción sentida, confirmando que estos sentimientos de apego influyen de manera duradera en los procesos neuronales. También muestra que la intensidad del amor activa estas regiones más allá de una simple estimulación momentánea.

Este estudio abre nuevas vías sobre el apego humano. Muestra cómo los factores culturales y biológicos influyen en nuestros sentimientos, particularmente el amor por los animales y la naturaleza. Por último, estos descubrimientos podrían inspirar avances en los tratamientos de los trastornos del apego. El cerebro sigue revelando sus misterios sobre el amor.
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