En Colombia, se ha identificado por primera vez una nueva especie de escorpión,
Tityus achilles. Este espécimen, capaz de proyectar su veneno a distancia, intriga a los científicos por su comportamiento defensivo inusual.
Este descubrimiento marca un avance importante en el estudio de los arácnidos. El
Tityus achilles se une así a un círculo muy reducido de escorpiones conocidos por esta capacidad, observada hasta ahora únicamente en las especies
Androctonus y
Centruroides, respectivamente en África y en América del Norte y Central.
Una técnica de defensa rara y compleja
El
Tityus achilles utiliza dos métodos distintos para proyectar su veneno. El primero consiste en gotas únicas, mientras que el segundo implica salvas que pueden alcanzar hasta 36 centímetros. Estas proyecciones, aunque menos precisas que una inyección directa, permiten alejar a los depredadores sin contacto físico.
Las observaciones, realizadas con cámaras de alta velocidad, muestran que el veneno se vuelve más concentrado después de varias pulverizaciones. Esta adaptación sugiere una optimización de la defensa, a pesar del alto costo energético de esta estrategia.
Un veneno de múltiples facetas
El veneno de este escorpión está compuesto por dos tipos: un "pre-veneno" transparente y un veneno más denso y opaco. El primero, menos costoso de producir, se utiliza a menudo como primera línea de defensa. El segundo, más potente, se reserva para situaciones críticas.
Esta dualidad refleja una adaptación evolutiva fina, que permite al escorpión gestionar sus recursos mientras mantiene una defensa eficaz. Los investigadores estiman que esta estrategia es particularmente útil contra los depredadores vertebrados, cuyos ojos y mucosas son sensibles a las toxinas.
Un descubrimiento con implicaciones científicas
El descubrimiento del
Tityus achilles abre nuevas perspectivas sobre la evolución de los mecanismos de defensa en los escorpiones. Los investigadores esperan que el estudio de su veneno y sus técnicas de pulverización ilumine las similitudes y diferencias con otras especies capaces de este comportamiento.
Además, este hallazgo subraya la importancia de preservar los ecosistemas colombianos, donde muchas especies aún están por descubrir. Los bosques pluviales del valle del Magdalena, hábitat de este escorpión, albergan una biodiversidad excepcional y frágil.