Arqueología: cómo el carbono-14 aclara algunos textos religiosos sobre Jerusalén
Publicado por Redbran, Fuente:PNAS Otros Idiomas: FR, EN, DE, PT
Advertencia: este artículo se enfoca exclusivamente en investigaciones científicas e históricas relacionadas con períodos antiguos de la historia de la ciudad de Jerusalén, sin conexión con los eventos contemporáneos.
El estudio de los orígenes de Jerusalén, en la intersección de las ciencias arqueológicas y los textos religiosos, abre una ventana sobre cómo los descubrimientos científicos pueden confirmar o refutar narrativas históricas y religiosas arraigadas en la cultura humana desde hace milenios.
Los arqueólogos creen que la "Ciudad de David" es la parte más antigua de Jerusalén. Esta ilustración la muestra en el noveno siglo a.C., durante el período del Primer Templo. Crédito: Leonardo Gurevich, Archivos de la Ciudad de David
Un reciente estudio publicado en la revista científica PNAS revela una cronología precisa de Jerusalén, iluminando eventos importantes como su poblamiento, un gran terremoto y su destrucción por los babilonios. Estos hallazgos, respaldados por dataciones con carbono-14, corroboran algunas descripciones históricas bíblicas.
Elisabetta Boaretto, profesora de ciencias arqueológicas en el Instituto Weizmann de Ciencias en Israel, ha liderado esta investigación que utilizó la datación por isótopos de carbono-14 para precisar las fechas entre 770 y 420 a. C. Este período ha sido considerado incierto debido a la actividad solar reducida que afecta la producción del isótopo.
Los investigadores analizaron 103 muestras de semillas y otros restos, aplicando métodos de microarqueología para afinar las dataciones, confirmadas por mediciones de carbono atmosférico procedentes de los anillos de crecimiento de árboles de 624 a 572 a. C.
Este enfoque ha permitido solidificar la cronología en torno a la destrucción babilónica en el 586 a. C. y ha revelado que Jerusalén había sido poblada entre los siglos XII y X a. C., con una expansión hacia el oeste en el siglo IX a. C.
El estudio también identificó evidencias de un terremoto a mediados del siglo VIII a. C., mencionado en la Biblia, señalado por una capa de piedras colapsadas y materiales de construcción dañados, seguida de un período de reconstrucción. Los resultados indican un uso prolongado de ciertos sitios después de este sismo y antes de las invasiones babilónicas, reflejando una estabilidad económica y política relativa.
Sin embargo, Israel Finkelstein, un arqueólogo que no participó en este estudio, ha cuestionado la fiabilidad de algunos de los muestrales analizados. Indicó específicamente que solo los muestrales procedentes de uno de los cinco sitios estudiados, así como de algunos otros aislados, presentan una fiabilidad suficiente para una datación precisa. Los demás muestrales, según él, proporcionan únicamente fechas aproximadas, las más antiguas posibles para las capas concernidas.